Osiris el huevo de obsidiana y el Tango manifiesto de un encuentro con la sombra
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Por: Ana Silvia Serrano
Por muchos, es ya conocida la terapia con Osiris el huevo de obsidiana, y creo firmemente no por ser una moda o una terapia diferente, sino por la necesidad de ir a ese espacio que con ella se logra. Esta terapéutica está enfocada a la recuperación del poder interior de la mujer (y también el poder interior femenino del varón) pero dada la circunstancia histórica y antropológica que muestra que ha sido la mujer víctima de un patriarcado (que va más allá del pensamiento masculino), este recurso ayuda a que la mujer, retomando su poder sane sus órganos y sistemas, así como sus emociones y clarifique su pensamiento, en equilibrio.
Osiris nos ayuda a hacer conciente aquella parte de las sombra (para Jung, el inconciente) que mora dentro nuestro y que rechazamos, negamos, evadimos y no aceptamos. En el libro de Osiris, el huevo de obsidiana, de mi autoría, propongo que esa sombra se trabaje desde la emergencia de los arquetipos femeninos donde se oculta la parte esclava, de la puta, de la niña, y la made siniestra, las cuales nos muestran diferentes niveles de atrapamiento a través de emociones, situaciones y vivencias.
El trabajo con Osiris resulta revelador ya que nos pone enfrente aquellos aspectos que frenan nuestro avance en la tierra, la conexión interior, la percepción, esta sabiduría femenina que nos lleva a realizar cosas que son trascendentes para nuestra alma, y que al hacerlo muchas veces nos vemos en la necesidad de abandonar aquellos comportamientos y actividades que van frenando esta forma de “vivir”, para no “morir”.
En el trayecto, muchas formas de pensamiento y sentimiento cambian, ya que se devela la verdadera esencia de la mujer que por lo antes dicho ha venido reprimiendo por tantos años, siglos, milenios.
Sin embargo Osiris nos enfrenta ante un cuestionamiento intrínseco y primordial que es el tema del “otro” o la “pareja” ya que si bien, logramos interiorizarnos en este trabajo de profundidad, ahí mismo encontramos que estamos divididos en “cuerpos” (muchas veces en alma).
Osiris, está representado por un huevo, que simboliza la unión de dos energías, ying y yang, cabe preguntarnos ¿cómo estamos cristalizando esta energía desde nuestro cuerpo y alma?
El tango, es la puerta para entrar en ese espacio de encuentro con “el otro” donde surge la oportunidad de ver, conocer y descubrir esa parte de nosotros que se manifiesta en este espacio. Una valiosa oportunidad de tocar esa sombra, que además, en un contexto ya conocido de aquellos arquetipos que nos han acompañado en el camino del autoconocimiento, al ponerse de manifiesto en los brazos del “otro”, al compás del baile de tango, emerge esa esencia femenina y verdadera la cual no puedo ocultar.
El baile del tango, resume el pensamiento profundo, la emoción no descubierta, el movimiento a veces involuntario del cuerpo que devela mi verdadera feminidad, (o negación a ésta) ya que en este encuentro, tanto como el varón como la mujer, ocupan un lugar bien definido e imposible de suplantar.
Hemos venido a la tierra a conocernos, a liberarnos, a soltar apegos, a recuperar nuestra sabiduría ancestral para romper las cadenas de la condena que no es más que mental y que tiene que ver con las falsas creencias sembradas por el patriarcado social, médico y religioso. Entrar en esa sabiduría compromete el trabajo de dos, ya que el saberse “iluminado” no puede ser si no somos capaces de incorporar la energía masculina que está manifestada por esa pareja (o viceversa) con quien me “emparejo”, a bailar, a comer, a convivir, a transitar, a trabajar, a gozar, a vivir, para cristalizar en este espacio-tiempo, ese equilibrio esa unión, esa verdadera esencia que es mujer-hombre, ying-yang, luna-sol, noche-día.
Osiris es el medio para abrir aquellos bloqueos y memorias que nos detienen el poder de completar nuestra verdadera esencia femenina, pero el Tango es la síntesis donde todo nuestro trabajo del alma se manifiesta en un espacio, en un tiempo, en un momento de vida que nos rememora, la búsqueda eterna: la unión de nuestros opuestos.
OSIRIS, El Huevo de Obsidiana y los ARQUETIPOS Femeninos
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Por: Ana Silvia Serrano
Osiris el huevo de obsidiana, es una geometría que trabaja terapéuticamente desde un enfoque energético en varones y mujeres, ya que debido a las cualidades físicas y energéticas, por no decir alquímicas de la obsidiana, muestra los cambios y modificaciones que como tránsito hacia la conciencia, resultan en la sanación de los diversos cuerpos del individuo como ser multidimensional.
En la obra que titulo Osiris, el Huevo de Obsidiana, Sanación de la Energía Femenina, editorial Continente año 2010 (1), propongo no sólo la aplicación de dicha geometría para la sanación de quistes, miomas, endometriosis y otras afectaciones físicas de la mujer, sino que sugiero elevar el trabajo a nivel de arquetipo, que en el lenguaje energético corresponde a una cuarta dimensión. El motivo de ir a esa instancia, es conocer a esa “sombra” de la que Carl G. Jung (2) habló en el siglo pasado, una existencia del ser, intrínseca, donde cada individuo convive con esa “sombra” que no es más que el inconciente personal y que dentro de ese tejido, se contiene a la vez en una sombra colectiva, o inconciente colectivo. Es sombra porque no la vemos, porque la desconocemos, es sombra porque está dentro de nosotros, porque mora en el inconciente de cada persona. Esta sombra, según autores como el arriba citado, o Mircea Eliade (3), entre otros, se constituye de las diversas memorias que el individuo ha venido acumulando a manera de acervo existencial. Son recuerdos del pasado que han quedado plasmados como energía en el ser, y que se pueden conocer a través del cuerpo, de las emociones y también de recuerdos o sueños.
En la historia desconocida de la mujer, se encuentran memorias dolorosas y recuerdos grabados con el miedo que paralizó en aquél momento el devenir de esa persona y que afecta su presente en cuanto a su sentir, a su pensar y a su actuar. Esto significa que si una persona tiene actualmente conflictos que no ha podido resolver, es debido seguramente a alguna situación traumática vivida en su pasado que no le permite traspasar ese estado de shock o de parálisis ante dicha situación. Para Eliade, “rememorar es sanar”, lo que confirma la tesis anterior, donde la puerta de salida, ya lo han dicho expertos de la bioenergética como Shapiro(4), o Dehfelson (5), entre otros, es “volver a sentir” aquello que ha quedado atrapado como memoria, para liberarlo y sanarlo.
Desde el enfoque de trabajo terapéutico, los arquetipos resultan ser de máxima valía en cuanto a la oportunidad que éstos ofrecen para regresar a sentir, a vivenciar, a profundizar y a rememorar aquello que se quedó paralizado desde nuestras emociones, desde nuestro corazón. En la obra de OSIRIS, el huevo de obsidiana, se sugiere un trabajo energético con el fin de rememorar. La obsidiana es un vidrio volcánico que parece una roca, y ha sido catalogada como “roca magmática” ya que emerge de las entrañas del volcán. Es una piedra de fuego, negra, lustrosa, lisa cuando pulida y filosa en su origen. Tiene un gran ferromagnetismo, lo que ayuda a la circulación de la sangre en el individuo, incrementa la señal eléctrica en el sistema nervioso y potencia la energía vital. Tiene capacidades psíquicas ya que por su capacidad de absorción, su color negro, y su corte concoidal permite extraer energía del ser, “poniendo fuera lo que tenemos dentro”, y ello permite que haga las veces de un espejo del alma. A través de los tiempos, la obsidiana ha sido considerada una piedra sagrada en aquellas culturas donde se logró conocer profundamente, tal como la civilización mesoamericana, la egipcia, la griega y romana(6).
Uno de los mejores usos y aplicaciones terapéuticas de la obsidiana, está plasmado en OSIRIS el huevo de obsidiana. Como mencioné arriba, ésta tiene la capacidad de mostrar lo que tenemos dentro de nuestra sombra, en nuestro inconciente, y por ende, nos puede mostrar aquellas emociones y vivencias olvidadas ya sea por dolorosas o por profundas, todas buenas o malas, reprimidas.
Con el uso de OSIRIS, la mujer puede liberar recuerdos de su juventud, o de su infancia, pueden venir también del útero de la madre o bien de vidas pasadas. Ello depende de dónde se encuentre el shock o la memoria atrapada. El tiempo y la forma de uso, son importantes para lograr una meta o bien, un entendimiento de esta terapéutica.
El trabajo se muestra primeramente, cuando –en general- la mujer contacta con esa parte de sí misma donde se da cuenta de su silencio. Se percata de todo aquello que no habla, no dice o no se permite sentir para “no afectar a los otros” o “no generar conflictos en el exterior”. Es una parte de la mujer que emerge y no es ni grata ni agradable. Es inclusive molesto darse cuenta de esa parte que soporta cuando es sometida, dominada, no tomada en cuenta, ignorada, o inclusive violada tanto en su cuerpo como en sus derechos de mujer. Estas vivencias que conllevan emociones de dolor, de sufrimiento, de impotencia, sometimiento, y vejación son todas cualidades del arquetipo de “la esclava”. La esclava lo que busca, es quien le dicte la vida, quien le resuelva sus problemas, quien le indique el camino, para que ella lo obedezca sin cortapisa alguna.
Este, como el resto de los arquetipos surgen en los albores del patriarcado, hace unos 3,200 años. Y es a partir de estas fechas que se generan estas construcciones mentales que al ser universales, se convierten en arquetipos. La esclava, no es más que el resumen puesto en el cuerpo y mente de los individuos, y que al quedar en la sombra o inconciente, no se conoce, no se percibe y no se devela. No, hasta el momento de poderlo ver a través de un espejo, que son “los otros”. La esclava se manifiesta de manera clara y precisa, con el uso del huevo de obsidiana, así como los arquetipos siguientes.
La esclava se libera cuando es capaz de romper su silencio. Pero al no haber sido capaz de hablar durante tanto tiempo, rompe su silencio en llanto, en grito, en reclamo, y en extremo alarido. Cuando esto sucede, aparece el arquetipo de la niña. Un arquetipo está para ser vivido, conocido, sentido y finalmente liberado. El arquetipo de la esclava se libera a través del arquetipo de la niña. Ella es la que grita, llora, rompe su silencio y reclama. La niña no pretende arreglar su vida, pretende ser vista, atendida, apapachada, mimada, querida, aplaudida, reconocida, y siempre se expresa con llanto y reclamo. Ello, no es debido a otra causa, sino a la cantidad de tiempo que ha permanecido la esclava ocupando ese lugar, en silencio.
La niña busca ser aceptada, y su mejor opción es estar al lado de un hombre que la trate como hija. Ella busca el abrazo, el mimo y el ser atendida como una niña. Lejos de la responsabilidad que le confiere como mujer, la niña se refugia en los brazos de papá, quien desea darle gusto a todas sus peticiones.
La niña se libera cuando su grito se convierte en palabra, en comunicación, y logra expresar lo que desea. El deseo se abre con el arquetipo de la puta. La puta, como arquetipo ha sido rechazado por el hombre durante miles de años, ya que representa a aquella mujer que en las escrituras sagradas alude a la pecadora, prostituta que provoca la vergüenza de los hombres y mujeres. Este arquetipo, por las razones expuestas anteriormente, es al que menos desean las madres que lleguen sus hijas y que los padres repudian con horror, por lo que hoy día podemos deducir el porqué las mujeres de hoy, no se puede comportar como “mujeres”. Atrás de ellas, se encuentra la crítica, estéril, por supuesto, pero que no deja de ser crítica. El arquetipo de la puta tiene como rival a la sociedad misma, al entorno, a la familia, la religión y todo lo que le rodea. Es un gran reto a lograr, ya que la niña no es capaz de resolver las encrucijadas de la vida donde la que sí tiene la capacidad es la mujer. Lo que la puta busca, es un macho, que la haga feliz sexualmente, y un espacio donde ella pueda expresarse como mujer. La puta teme no encontrar al hombre que le permita manifestar todo cuanto como mujer puede ser, dar y compartir.
La puta trasciende su propia existencia arquetípica cuando logra descubrir que la que atrapa y somete a la esclava, la que castiga y maltrata a la niña, y la que la critica y juzga a ella, es el arquetipo de la madre siniestra. Este arquetipo, en sí, es el reto a descubrir ya que de no existir este, todos los arquetipos femeninos se podrían expresar y dejar su calidad de arquetipos ya que al manifestarse, se liberarían y cambiaría su esencia misma.
El arquetipo de la madre siniestra, surge ante impacto de estar frente a una imagen de una mujer controladora y manipuladora, cuando se da cuenta de que no permite la existencia de la esclava por el miedo a desobedecer, ya que en la antigüedad, cuando una esclava desobedecía el castigo era la muerte. El arquetipo de la madre siniestra, infunde miedo a la muerte al arquetipo de la esclava. La madre siniestra ante el arquetipo de la niña, infunde el miedo al castigo, al maltrato, al reclamo y genera la culpa en ella. La niña teme ser castigada y maltratada. El arquetipo de la madre siniestra infunde miedo a la crítica y a ser juzgada ante el arquetipo de la puta, ya que es la puta quien desprestigia los valores de la familia, la religión y la sociedad. La madre siniestra somete a la puta, a través de la amenaza de que por ser ésta quien es, nadie la va a amar ni aceptar como mujer.
El arquetipo de la madre siniestra es la que somete, castiga y critica al resto de los arquetipos, y por ser la más profunda, es el arquetipo más difícil de identificar de los cuatro anteriormente propuestos.
¿Cuál es el arquetipo que vive (en estos momentos) en mí? ¿Desde qué enfoque veo, vivo, y siento la vida misma en mí? ¿Qué es lo que tengo que vivir para liberar el arquetipo que hoy me atrapa? ¿Cómo puedo conocer al arquetipo que domina mi ser en estos momentos?
Abrir el arquetipo que me domina, con el uso terapéutico de Osiris el huevo de obsidiana, me llevará a develar qué emociones estoy ocultando ante mí misma, qué sentimientos desconozco de mí, qué historias guardo desde la sombra en mi ser que detienen mi devenir, frenan mi futuro, y no me permiten avanzar.
Una de las herramientas que nos ayudan a develar y expresar nuestro arquetipo que se moviliza con OSIRIS el huevo de obsidiana es el TANGO, ya que para poder ver mi sombra, necesito “del otro” que me permitirá dejar hablar mi cuerpo, en ese abrazo profundo, en ese contacto del cuerpo, que en un vaivén armonioso, develará mis emociones más profundas que conectadas a OSIRIS el huevo de obsidiana me ponen en contacto conmigo misma, desde ese lugar desconocido por mí (que muchas veces es conocido para los otros) (7).
Así, con el uso del OSIRIS, y el acompañamiento del abrazo en el TANGO, podré saber quién estoy siendo en este momento de mi vida, ¿una esclava? ¿una niña? ¿una puta? O ¿una madre siniestra…?
BIBLIOGRAFÍA
(1) Serrano, Ana Silvia, Osiris, el Huevo de Obsidiana, Sanación de la Energía Femenina, editorial Continente, Buenos Aires, Argentina, 2010.
(2) Jung, Carl G., Arquetipos e Inconciente Colectivo, editorial Paidós, España, 1970
(3) Eliade, Mircea, Mito y Realidad, editorial Labor, Barcelona, España
(4) Shapiro Debbie, Cuerpo Mente, editorial Robin Book 1993, imp México
(5) Dahal y Defhelson, La Enfermedad como Camino, editorial Plaza & Janés, España 1993
(6) Serrano, Ana Silvia, Obsidiana, Piedra Sagrada de Sanación, editorial Continente, Buenos Aires, Argentina 2011.
(7) Trossero, Federico, TangoTerapia, editorial Continente, Buenos Aires, Argentina 2010.
Sanación con Osiris el Huevo de Obsidiana
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Por: Ana Silvia Serrano
Nuestras voces de mujeres traen las voces de miles de mujeres, que como nosotras se han hecho multitud de preguntas respecto a la salud de nuestra energía femenina. Y entramos en silencios y nuestra mente silenciosa pero sabia nos responde que ancestralmente somos nuestras propias cuidadoras. Muchas de nosotras estamos despertando. Nuestro principal detonador para despertar de ese letargo, es el recalcitrante dolor en nuestro cuerpo. El dolor porta su propio lenguaje, y es él quien nos impulsa a sacarlo de nuestro cuerpo. La buena noticia es que nuestro cosmos femenino está cambiando, se están abriendo esos canales de luz energéticos para darle cabida a estrategias sanadoras fruto de nuestra madre tierra, como lo es la Obsidiana.
Los derechos de la mujer de buscar su sanación son los derechos de la naturaleza misma, ella nos está adoctrinando a escucharla y romper paradigmas tales como los que nos ha mostrado, la emergencia del patriarcado, movimiento que surge hace aproximadamente 3,200 años y que envuelve la memoria colectiva planetaria, es la mujer la que por ser representante de la energía femenina, sufre los cambios más severos no sólo en su psique, sino en su cuerpo, también. Una mujer sin voluntad de cambio esta sentenciando el curso del deterioro de su salud.
El surgimiento de la esclavitud, con el sometimiento de la mujer en la transición de la sociedad agraria a la sociedad de la propiedad privada; la prostitución, que desvaloriza la actividad y conocimiento de la mujer en el tema de la sexualidad, con la prohibición y censura de los textos antiguos desaparecidos por orden de Constantino I en el Imperio Romano; la explotación infantil y maltrato a la prole que deviene como herencia social; y con la reiteración de un autoritarismo que si bien fue infundido por el hombre, hoy día la mujer lo ha hecho suyo de manera inconsciente, obedeciendo los mandatos patriarcales de manipulación y control, son las categorías que dan origen a los arquetipos femeninos patriarcales. Si bien el Dr. Jung en el siglo pasado desarrolló los arquetipos como concepto, hoy día cobra gran importancia por lo que a continuación planteo.
Sembremos un poco de consciencia para comprender lo que nos está pasando desde los arquetipos como estructuras energéticas que constituyen la memoria del alma, estructuras que nos permiten entender lo que en la sombra, o en el inconsciente está sucediendo, que por habitar en esa sombra, no aparecen, no se pueden ver, ni conocer. Los arquetipos contienen la información de cada uno de nosotros y a su vez, nosotros guardamos esa información en nuestro Sistema Energético, que está conformado por los chakras, pero también en nuestros órganos y sistemas.
Debemos apreciar nuestros naturales poderes de mujer y convertirlos en nuestros aliados, de lo contrario seremos nuestras propias destructoras. En la mujer, la información que se abre, con el uso terapéutico de Osiris, es la información que detentan dichos arquetipos, por lo que con el uso de esta geometría suelen aparecen comportamientos y actitudes desconocidas para nosotras, y que pueden constituir el origen no sólo de la inestabilidad emocional, sino de “enfermedades”, que no son más que desequilibrios energéticos. Estos desequilibrios, cuando se les observa y se trabajan de una manera adecuada, tal como lo sugiero en el libro Osiris, el Huevo de Obsidiana, la mujer es capaz no sólo de descubrirse a sí misma, sino de llegar a conocer a sus arquetipos, como la esclava, que se ubica en el chakra raíz, que es esa mujer que aparece en su vida sometida, sumisa, y callada; pero también aparece como la mujer dominante, sometedora, y tirana (la polaridad: el amo). En el siguiente caso, sería la puta que se ubica en el chakra sacral, aquella mujer que niega y esconde su sexualidad, reprimiéndola, ocultándola, pero que también es aquella que hace gala total de su sex-appeal y que aparece mostrando su cuerpo sin pena ni gloria (la polaridad: el macho). Otro caso es el del arquetipo de la niña que se ubica en el chakra del plexo solar, donde la mujer descubre que se comporta como la niña dependiente, que si no hace bien las cosas, merece castigo, pero por otro lado surge la niña que busca la atención permanente de los otros, entre otros comportamientos (polaridad: el padre). Por último, se encuentra el arquetipo de la madre siniestra que se ubica en el chakra cardíaco, que es la mujer manipuladora y controladora, que busca siempre dar órdenes, para ser obedecidas; cuando por el otro lado, cuando no se está en ese, surge la mujer indefensa, víctima de todos, que lo que esconde es este deseo de manipular a los demás.
Desde esta perspectiva, nuestra historia femenina, aparece bastante triste y desoladora, sin embargo, la oportunidad de estar aquí y ahora, nos lleva a esta innovadora terapéutica que brinda la oportunidad de vernos, conocernos, sacar a todas aquellas que somos, porque desde la esclava hasta la madre siniestra, son energías que habitan dentro de nosotras, como memoria de un sistema de creencias patriarcal, que en al momento de ser vistas, surge también la posibilidad de ser redimidas, lo que crea salud y sanación no sólo en nuestros cuerpos, sino en nuestras almas también.
Por lo tanto, la trascendencia de la necesidad de sanar la parte femenina de la mujer, consiste en la oportunidad que nos damos de “vivir y amar”. Por todo lo dicho la gran mayoría seguimos repitiendo esquemas de agresión, división, mutilación y muerte, todos estos representados en nuestras vaginas, úteros, trompas, ovarios y pechos. La mujer que fatalmente se quede atrapada en sus emociones destructivas, permanecerá en el curso de un pasado del que ella misma sabe poco, su falta de voluntad para introducir cambios, la llevará a una involución energética por no poder o no querer andar más rápido para conectarse con lo verdaderamente importante: su energía del amor.
No estamos solas, desde nuestro interior recibiremos la guía y el apoyo que estábamos esperando, Osiris es un huevo de obsidiana que se utiliza en la vagina de la mujer para abrir espectros del inconciente que nos lleva a sanar nuestros órganos del aparato reproductor. Sana a partir de liberar memorias del inconciente, que por no poder acceder a ellas, el cuerpo las convierte en desequilibrios energéticos conocidos como “enfermedad”.
La terapia de Huevo de Obsidiana, nos permitirá entrar en una resonancia de frecuencias superiores que repercute en no sólo sanar nuestros cuerpos físicos, sino también nuestras emociones (vibraciones) y nuestro sistema de creencias, lo que culmina con un cambio de nuestra conciencia, que en este caso, es de esa conciencia de mujeres que muy mutilada y se encuentra a partir de la existencia de este patriarcado. Esta propuesta nos lleva así, a poder unirnos en esa energía armónica y amorosa, que nos da hermandad, que se practica desde la compasión y comprensión y no a partir de los decretos del sistema de creencias que nos encarcelan a unas y a las otras.
El huevo de obsidiana terapéutico es una geometría elaborada especialmente para este trabajo, ya que debido al psiquismo de este mineral, este es capaz de mostrar aquellos contenidos que residen en la psique como memorias reprimidas. En el huevo, estas se pueden manifestar como inclusiones materializadas que pueden mostrar desde símbolos como un ojo, hasta líneas blancas o de otro color que pueden aludir a heridas que han sanado, desde la vagina de la mujer.
Hagamos de nuestro cuerpo de mujer, una escuela de pensamiento, en donde desandando por lo que ya no necesitamos, logremos la verdadera liberación de nuestra psique del dolor. Lo primero que debe contar es: ¡Salvar el alma!, Osiris lo está proponiendo, intenta mirar ese rio de sombras que fluye dentro de ti, después de mirarlo, abrázalo, perdónalo y despídelo con amor, él también fue tu maestro.
En el libro de Osirsis, el huevo de obsidiana, editorial Continente, he propuesto un esquema de trabajo con arquetipos patriarcales que nos ayudan a abrir ese espectro del inconciente que está afectado, para que la mujer se percate de su existencia y a través del huevo pueda transitar el camino hacia su sanación Tiendas autorizadas para la venta de Osiris, el huevo de obsidiana terapéutico, y terapeutas certificados por la Sociedad Internacional de Terapeutas de Obsidiana “Ana Silvia Serrano” S. C.
Obsidiana y la geometría ancestral, eterna sabiduría
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Por: Ana Silvia Serrano
Muchas personas llegan para preguntarme que si la obsidiana que compraron o les regalaron, que generalmente es rústica sin forma, les ayuda de la misma manera que lo hacen las geometrías que propongo en la obra publicada.
A pesar de las cualidades y características benéficas de la obsidiana que conserva en su corazón, me apena decirles que no lo hace de la manera en que lo sugiero con dichas geometrías.
Desde épocas muy antiguas, ya Platón había estudiado la geometría sagrada. El aportó muchas de sus conclusiones que entre otras, incluye la de que existen solamente 5 sólidos Platónicos, que describe como las formas dentro de las cuales se contiene toda forma de existencia en la tierra. Estas son: la esfera, el cubo, la pirámide, el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro.
En estos, se puede considerar que la geometría más presente y significativa han sido las formas que nos lega la cultura egipcia, donde se han hallado toda clase de figuras que se contienen en estas 5.
Por otro lado, sabemos que Thot, a través de su legado como Hermes Tris-megisto, en su Kybalión, Las Leyes Universales, nos enseña una Ley a aplicar en el tema de la energía que se llama de “La Ley de Correspondencia”, que dice que “Como es arriba es abajo”. Esta, nos permite saber que toda forma en la tierra tiene un correspondiente físico - energético en el Universo, pensamiento bien egipcio, que nos abre una sabiduría para poder aplicar, para aquellos que saben que así es.
Es desde aquí y en base a este planteamiento, que la geometría que existe la tierra tiene una reverberancia o impacto en otro plano, desde donde más bien habría que preguntar: ¿no será desde allá que se crea y se precipita dicha sabiduría aquí en este plano terrenal, y no al revés? Más allá de la respuesta, no es el tema central de este espacio.
La geometría entonces, se convierte en un legado de sabiduría que sabiéndolo aplicar tiene como resultado, un efecto en este plano dimensional positivo o bien, negativo, entendido este como benéfico o no, para el ser.
Cuando aplicamos las geometrías de obsidiana, estamos abriendo ciertos espectros del Universo que como dice La Primera Ley del Kybalión: “el todo es mental”, estamos abriendo entonces cierto espectro de la mente: el inconciente. Inconciente porque la obsidiana, en su definición de piedra psíquica, tiene la cualidad de penetrar en es espectro debido a su color y su forma concoidal. De ahí, que esta piedra nos devela aquello que ha quedado atrapado en el inconciente de manera personal, cuando la activamos y la utilizamos de manera propuesta.
Aplicar las geometrías de obsidiana, es como acercar una lupa a ese sitio de la mente la cual no podemos aspirar a conocer, ya que duerme en el lugar de la sombra, como decía Jung. Es echar luz a aquello desconocido, con el preciso instrumento que se ha de necesitar para abrir esa puerta, específica. De este modo, si necesito saber un episodio de mi vida que ha quedado perdido, atrapado en ese lugar, tal vez quien me pueda ayudar es “Tezcatlipoca, el espejo de obsidiana”, y no otro. Pero tal es la sabiduría de cada geometría que en esta piedra es guiada y transformada con la energía y presencia de un dios o diosa, en esta propuesta, generalmente mexicano o egipcio. En este caso, Tezcatlipoca, el espejo humeante, del panteón mexica, es aquel dios que nos muestra nuestra máscara, esa parte oculta y misteriosa desconocida para nosotros. Este, es quien conoce y sabe de toda la historia nuestra y la registra en esa conciencia superior desde donde con su permiso y acompañamiento, nos ayuda a completar esa parte de la vida olvidada. El espejo tiene una forma geométrica específica y una medida determinada que nos permite ir a ese campo de sabiduría puntual. El espejo, no trabajaría del mismo modo que una piedra informe de obsidiana, ni siquiera una geometría de otra dimensión.
Otro ejemplo puede ser “Osiris, el huevo de obsidiana”, que representa este dios egipcio y que mucha controversia genera, ya que al no comprender la esencia de la geometría, que tiene una forma y dimensión específica, que abre la puerta puntual de este inconciente, muchas mujeres y hombres también, llegan a utilizar otras medidas que difieren de la geometría propuesta, lo que no permite abrir el espectro deseado. Es por eso que existe un trabajo investigado, es por eso que existe un estudio, es por eso que toda geometría de obsidiana propuesta en este trabajo puntual de apertura de conciencia y sanación, no es una sugerencia casual, sino un trabajo que va abrir espectros del inconciente con llaves que abren la memoria individual, para encontrar precisamente esa parte perdida nuestra, olvidada, rechazada y negada que nos lleva a descubrir esa luz nuestra, esencia real y divina.